El fuerte carácter de los ambientes de piedra habituales de la zona supuso trabajar en un proyecto singular en el que el estudio aportó soluciones creativas a fin de aunar tradición y vanguardia. Con el color azul de nuestro Atlántico como fundamento para el estilismo; la iluminación, los materiales modernos y el trabajo de nuestro equipo hicieron el resto para conseguir un ambiente fresco, cómodo y acogedor.
El resultado, un local agradable con sabor a mar y que sirve de escenario al saber hacer de la cocina gallega.